
Este verano estuve en Lanzarote, un lugar inspirador por su paisaje, su naturaleza, y por la obra de César Manrique. Escultor, pintor, ecologista, arquitecto o paisajista, sus trabajos son una lección de integración y sostenibilidad en (con) el entorno. Maravillado es poco para describir mi estado al visitar el Mirador del Río, los Jameos del Agua, su antigua residencia (actual sede de la Fundación César Manrique) o el Restaurante El Diablo, en...