Arquitecturas genéticas

-¡Garbancito!, ¿dónde estás? De nuestra infancia recordaremos que Garbancito se encontraba en la barriga del buey, vivito y -supuestamente- coleando. Hasta ahora esto nos parecía un cuento para pequeños. Pero, ¿puede convertirse en una realidad? Se habla de un hogar cada vez más naturalizado, más vivo. Por ejemplo, los tejados verdes están a la orden del día, y William A. McDonough crea ciudades comestibles (cultivo de gramíneas en azoteas) en China. Pero el concepto de arquitectura genética va un poco más allá. Según Alberto T. Estévez, director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ESARQ), la aplicación de la genética a la arquitectura puede suponer la creación de viviendas como nuevos seres vivos. Suelos en el que crece pelo natural o paredes de piel, capaces de calentar una estancia a través de sus venas, son sueños que se hacen cada vez más reales. De momento, se han conseguido unos árboles capaces de dar luz de noche debido a la incorporación de un gen que genera fluorescencia en algunas algas (arriba, una recreación). Estévez asegura que el proceso creativo pasa del lienzo, el cartabón o la piedra al ADN, pudiendo crear estructuras vivas según nos convenga. Es cierto que todavía se trata de una utopía, pero éstas –como dice el poeta Galeano- nos ayudan a caminar. Y estando cada vez más cerca, a mi me surgen dudas, como las siguientes: ¿es ético manipular la naturaleza? ¿Se puede practicar la alteración genética con fines alimenticios o de salud y no con fines arquitectónicos o de diseño? ¿Seremos capaces de crear nuevas especies, en este caso, con la particularidad de dar cobijo al ser humano? ¿Cuáles pueden ser sus consecuencias? Si a alguien se le ocurren cuáles pueden ser las respuestas (o si tiene más preguntas), será un placer compartirlas en este blog.

+: Alberto T. Estévez
o: Monk Architekten o Nacho Carbonell o Shared Space

2 comenta :

Anónimo dijo...

Utopía o, como se sostiene en artículos como 'Nos acercamos a la singularidad' (E.Punset) o en “The singularity is near” de Ray Kurzweil, una simple cuestión de tiempo.

Anónimo dijo...

por una parte me da miedo esta clase de arquitectura,no puedo comprender aún el "vivir dentro de un edificio con vida" aunque lo de la flourescencia en los arboles sería excelente.