
Todo empieza con las ganas que tienen Cordoleani y Fontana de experimentar. De esta manera, descubren que el azúcar puede ser un buen material con el que trabajar y se dedican a moldear caramelos con las técnicas utilizadas por los artesanos del vidrio, creando piruletas y dulces que bien podrían proponérselas a Hänsel y Gretel como lámparas para el salón. Se conoce que Hänsel rechaza la idea porque dice estar harto de tanta golosina (las malas...