
Si alguna vez hemos hecho el (sano) ejercicio de acercarse a la costa después de una tormenta, podemos sorprendernos de la cantidad de cosas que arriban a la playa. Además de plásticos en cualquiera de sus formatos (redes, bolsas, palillos de los oídos, bolas de poliestireno expandido,...), la mayoría son restos de organismos vivos erosionados por el mar. Particularmente, nos podemos quedar fascinados con las suaves formas que adoptan las maderas...