No querría acabar el año sin recomendar una lectura llena de esperanza escrita por Jean Giono en 1953: el hombre que sembraba árboles.
En 50 páginas, el autor cuenta la historia de un pastor provenzal que dedica su vida a plantar bellotas en un campo desierto, con el anhelo de convertirlo en un paraíso.
Una deliciosa fábula que apuesta por el respeto a la naturaleza y la (demasiadas veces, demasiado oculta) bondad del ser humano, que se traduce en cualidades tan necesarias en estos días, como son el esfuerzo, el tesón y la generosidad.
Como dijo el autor, “al recordar que un paisaje tan hermoso había brotado de las manos de un solo hombre se dió cuenta que los humanos pueden también crear y no solo destruir”.
Desde Resseny os deseo un feliz año 2011 lleno de esperanza y motivación.
o: Hacer crecer lo verde o Mi jardín barcelonés o Árboles, no bombas
En 50 páginas, el autor cuenta la historia de un pastor provenzal que dedica su vida a plantar bellotas en un campo desierto, con el anhelo de convertirlo en un paraíso.
Una deliciosa fábula que apuesta por el respeto a la naturaleza y la (demasiadas veces, demasiado oculta) bondad del ser humano, que se traduce en cualidades tan necesarias en estos días, como son el esfuerzo, el tesón y la generosidad.
Como dijo el autor, “al recordar que un paisaje tan hermoso había brotado de las manos de un solo hombre se dió cuenta que los humanos pueden también crear y no solo destruir”.
Desde Resseny os deseo un feliz año 2011 lleno de esperanza y motivación.
o: Hacer crecer lo verde o Mi jardín barcelonés o Árboles, no bombas