El arquitecto japonés Makoto Sei Watanabe sostiene que debemos aprender de la naturaleza y poder reproducir las mismas sensaciones espaciales del paisaje que nos rodea, aunque sea en un lenguaje artificial. A partir de ahí, desarrolla una serie de instalaciones con el propósito de trasladar la experiencia del diálogo natural-artificial a su arquitectura. Los árboles se doblan bajo la fuerza del viento. El propio viento genera olas en las hebras de la hierba. De ese modo, espacios diversos adoptan conformaciones particulares gracias tan sólo a la energía natural. Fiber Wave está formada por 150 postes de carbono de 4,5 metros de altura. Cuando el viento arremete contra dichos postes, estos se doblan, y cuando cesa, los postes se mantienen erguidos. Ya no es la mano del proyectista la que da lugar a la forma, sino la acción del viento que da lugar a unas formas en constante evolución. En el extremo de cada poste se ha colocado un chip que contiene una batería de energía solar que durante el día capta energía y durante la noche la restituye en foma de suave luz azul, de modo que permite la visibilidad del viento de manera permanente.
o: Puente camuflado en el paisaje o Aletas del viento o Esencialismo orgánico
Las fibras que mueve la brisa
Publicado el
6.5.10
por
Jon Marín
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1 comentario
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biomimética/biónica
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Me encanta la idea, muy original
Un saludo:)
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