Los buenos propósitos para esta nueva década que empieza de nuestro amigo y colaborador Sergi Costa Duran son claros: vivir mejor, de manera más sostenible y siempre desde lo que tenemos más cerca. Aquí está su carta a los Reyes Magos:
2009, el año en el que vivimos peligrosamente, nos ha dejado. Un año de tímida respuesta política para enderezar el clima, particularmente cargado de corruptelas y desarraigo político y que, paradójicamente, cierra una década de creciente concienciación ambiental entre la opinión pública. Con unas ganas inmensas de que la década que acabamos de estrenar acabe con mayor brillo ambiental (no hay duda de ello), os dejo con doce gestos locales desde mi parcelita para el bien de lo global:
1.
Más literatura ambiental. Acabar de leer Biomimicry, de Janine M. Benyus, un libro fundacional para este blog del amigo Jon, que aunque cueste más de lo previsto, seguro que aún tiene cosas bellas que contar.
2.
Menos CO2. Si puedo, viajaré en avión una sola vez al año. Ahí va una calculadora por si debo compensar:
http://www.terra.org/calc/
3.
Menos Made in China. A casa llegó con la cesta de navidad esta lata de espárragos. Envasados en Navarra, pero criados en China (!?). Tal como va el mundo (globalización, poca implicación en el COP 15, represión civil, huella ecológica…) intentaré en lo que pueda consumir menos productos producidos por el gigante asiático.
4.
Más salud. Continuar con el tradicional zumo de pomelo cada mañana, ese genial antiresfriado sin química farmacéutica.
5.
Más renovables. Sopla el viento en mi terraza, cargo el móvil o el iPod. Así de fácil.
6.
Menos sintéticos. Adquirir textil de algodón orgánico cuando sea posible. Menos derivados del petróleo, química y sweatshops para el planeta.
7.
Menos es más. ¿Quién necesita una máquina de afeitar con pilas de Braun? La cargo con pilas recargables, pero con un poco de destreza ¿no sería mejor usar una simple navaja mono o bimaterial?
8.
Adiós bolsa caca. Curiosamente Carrefour (¡?) tuvo que mostrar a la mayoría el camino del no retorno. Esperaremos aún 2-3 años para su adiós definitivo. No para dejarlas de usar (ya hace tiempo que algunos van con el cesto o las de tela) sino para ver las excusas de algunos cuando las hagan pagar.
9.
Más huerto urbano. Vivir en el campo seduce mucho. Pero durante la espera me conformaré con estas minilechugas. Seguro que con riego por goteo y cubriéndolas un poco en las noches frías acaban siendo lechugas como dios manda.
10.
Menos carne. Otro producto de la cesta de navidad que algunos aconsejan consumir con moderación. Parece que el planeta nos lo agradecerá.
11.
Menos química en boca. Son años de fidelidad a una marca, Colgate, por pura inercia. Empiezo el año con nuevo dentífrico con base de eucalipto y con certificado Ecocert. ¿Un poco más caro? Indudablemente pero, ¿no sabías que tu compra es un voto para un oferta más plural?
12.
El hombre y sus circunstancias. Siempre he pensado que ser 100% integro con el medio ambiente es tarea prácticamente imposible. Incluso sintiendo de cerca el tema desde pequeñito, acabas pecando. No te desanimes, el margen de mejora en este campo es indefinido.
Os deseo un año bien fructífero.
Lecturas recomendadas del año que nos dejó:
- Ethical Living (Duncan Clark, Rough Guide)
- Sostenible: un manual de materiales y aplicaciones prácticas para los diseñadores y sus clientes (Aaris Sherin, Gustavo Gili)
- Print and production finishes for sustainable design (Edward Denison, Rotovision)
- 34 kg de CO2 (AuS, DMAH)
- Autonomía energética (Hermann Scheer, Icària Editorial)
Imagen principal: Nick Dewar para ReadyMade
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