“Al llegar el año 1990, un número cada vez más importantes de científicos y biólogos ya nos estaban advirtiendo del riesgo de cruzar irreversiblemente ciertos umbrales medioambientales”. Con esta cierta intranquilidad escribía Ausubel en el 2008 sobre el estado del planeta. Y, seguramente, inquietudes como ésta le sirvieron para crear la asociación Bioneers con la que convoca cada octubre en San Rafael (California) a un nutrido grupo de expertos y agitadores ambientales de “La otra América” (como la definen algunos autores).Admitámoslo: nosotros no inventamos la naturaleza, la naturaleza nos inventó a nosotros (Kenny Ausubel, co-fundador de Bioneers)
La asociación Bioneers fue creada en Santa Fe en 1990 por Kenny Ausubel y su mujer Anna Simons. Cuando entramos en su web lo primero que encontramos es esta coletilla sencilla, pero arrebatadora: “Revolución desde el corazón de la naturaleza”. Y no es para menos, ya que esta asociación que agrupa biólogos, ambientólogos, ingenieros, arquitectos, diseñadores, empresarios, feministas, líderes de culturas indígenas y activistas está celebrando este año su 20º aniversario. En su haber las armas del “networking”, el compartir una misma visión proteccionista del mundo, así como un encuentro anual que huele a propuestas cocidas a fuego lento sobre los temas que tanto nos gustan: diseño orgánico, ecología industrial y biomímesis, entre otros.
Este inmenso capital social y humanista que es Bioneers sirve de catalizador de propuestas como el desarrollo bioregional, las ecoaldeas o el respeto por las tradiciones ancestrales. Impulsa una nueva forma de mirar, mimar y amar lo que uno tiene cerca, para que ello repercuta en un bien global. Y es que en tiempos turbios y de aguas revueltas, tal vocación ambientalista de los bioneros y de tantas otras asociaciones que desde su empeño diario buscan mejorar el planeta, sigue sonando algo utópica para los incrédulos. Pero más lejos de la realidad, comunidades como Bioneers (y su éxito aún poco televisivo) o la reciente red 350.org, creada por Bill McKibben, y que el pasado 24 de octubre consiguió dar forma a una de las campañas ambientales sobre el cambio climático más brutales que se recuerdan, han demostrado que hay mucha vida tras el greenwashing.
Este es un post de Sergi Costa Duran
+: Bioneers
o: Transition towns o 2010: rediseñando una década desde lo local o Meriendas a tutiplén
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