Sí, han leído bien. Los pañales sucios pueden convertirse en el sustrato ideal para la construcción de cubiertas vegetales. Los pañales de usar y tirar suponen un grave problema para el medio ambiente porque sus componentes no son biodegradables y suelen acabar en vertederos. A pesar de que empiezan a haber alternativas válidas a los pañales desechables y de que han surgido algunas empresas, como Knowaste, dedicadas al reciclaje de pañales, la mayor parte de consumidores aún se decantan por este tipo de pañales de un solo uso.
La mayoría de pañales desechables contienen SAP (Polímeros Súper Absorbentes). Químicamente son unas partículas de poliacrilato de sodio que a la vista humana se aprecian como un polvo blanco sin olor. Este material es capaz de absorber hasta 30 veces su peso en fluido, una propiedad que lo hace idóneo para su uso en pañales, toallas higiénicas o procesos químicos que requieran la absorción de agua. Un pañal, por lo tanto, puede contener hasta medio litro de orina, lo que lo hace además una fuente importante de nitrógeno.
Los tejados verdes, cubiertos parcial o totalmente por plantas, son interesantes porque, entre otras cosas, mejoran la climatización del edificio, filtran contaminantes del aire y de la lluvia, reducen el calentamiento excesivo de las ciudades, preservan la biodiversidad urbana y actúan como barreras acústicas. Las plantas que viven en estos tejados verdes, si bien están adaptadas a condiciones extremas, necesitan igualmente un aporte de agua y de nutrientes. De ahí que los arquitectos del estudio Qenep introdujeran los pañales usados en uno de sus proyectos, porque además de que los SAP son capaces de acumular mucha agua que puede ir consumiendo la planta a lo largo del tiempo, van cargados de nitrógeno de la urea, nutriente esencial para los vegetales.
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