Pero El Rebost no sólo es una despensa, un almacén de trastos. Es algo más. Es un espacio que implica a todos los agentes sociales locales y que se ha convertido en una plataforma en la que compartir conocimiento, intercambiar experiencias y recursos educativos. Una iniciativa que defiende la creatividad como herramienta de crecimiento personal a través de la cual fomentar nuevos valores más sostenibles.
El proyecto ha tirando adelante gracias a premios y ayudas de diferentes entidades (el Premio J.M. Rueda, las ayudas ambientales de Caixa Terrassa o los planes ocupacionales de la Diputació de Barcelona). Resulta curioso no encontrar el consistorio municipal de Badalona, sede de El Rebost, entre la lista de apoyos a esta iniciativa de carácter marcadamente local. Como comenta Ana Villagordo -miembro de la asociación Espiral- en su blog, 'ha llegado un momento en el que el entusiasmo y los ideales quedan relegados a un segundo plano para dar paso a la realidad, que es que no se pueden cubrir los gastos de personal ni de infraestructuras'. De momento, han tenido que dejar el local donde se encontraban.
La asociación sigue luchando para continuar con el proyecto. Mientras tanto, como comenta Ana, seguirán difundiendo la esencia del mensaje del proyecto, algo que no cuesta dinero y que no necesita sueldos ni espacios físicos, que son las ganas de hacer de nuestro mundo un lugar mejor donde vivir. ¡Ánimo!
1 comenta :
Jon, en Rotterdam hay un espacio similar que aunque vende recicla, es el paraiso del creativo, allí se encuentran materiales de lo más raro. La última exposición la hemos montado con materiales 80% de allí, bien barato. Además de tienda de materiales reciclados organizan talleres de creación y reciclaje.
http://www.miniscrap.nl/scrapxl/
Un abrazo!
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