Andrea Acosta

El otro día escuché de boca de algunos profesionales de la gestión de los espacios naturales periurbanos -aquellos que quedan entre el campo y la ciudad- que los terrenos aparentemente desurbanizados, sin cuidar, donde crece vegetación ruderal sin ningún tipo de control, son de vital importancia, entre otras cosas, para preservar la biodiversidad. Estas áreas son más abundantes en los límites de las ciudades, más que nada, porque en la ciudad se hace difícil encontrar un trocito de suelo sin asfaltar. Kevin Lynch, en su libro "Echarse a perder", también reivindica la necesidad de lo imperfecto, de los espacios no ordenados y aparentemente caóticos, de lo (mínimo) salvaje que puede darse en el espacio urbano como elemento indispensable para la calidad de vida de sus ciudadanos. Porque creo que no todo el verde de la ciudad debe de estar atrapado en alcorques o limitado por bordillos estrictos, me encanta la obra de Andrea Acosta, una artista que casi sin decir nada, lo dice todo. +: i-mperfect o: Dominant Wave Theory o Guerrilla Gardening o El Huerto en mi Balcón