Y mirar a las palomas comer el pan que la gente les tira

 
 
Llega un momento en la carrera de todo diseñador y artista en el que siente la imperiosa y absurda necesidad de crear una casita para pájaros con cualquier material de desecho. Ya hablamos de ello en este blog y ya habíamos dado nuestra opinión acerca de que lo que posiblemente necesite un pájaro en la ciudad no sea un chalet de colores estridentes, construído con placas de matrícula o cartones de leche.

El caso de Picopan, a mi gusto, es diferente. Porque más allá de la resolución formal -de nuevo, una casita con tejado a dos aguas, cuando nadie le preguntó al gorrión si prefería un chalecito o una casa con porche y mecedora- la gente de Amalgamastudio ha pensado en cerrar un ciclo productivo de la mejor manera posible: dando de comer a los pájaros el pan sobrante de las panaderías Barcelona Reykjavik. Para ello han diseñado un comedero que producen en los mismos establecimientos y que puede colgarse en aquellos lugares donde los pájaros encuentren poco alimento.

El papel que ayudó a salvar el Parque Rural de Teno

Cuando en los años 40 se introdujo en Tenerife el rabo de gato o Pennisetum setaceum como planta ornamental, nadie pensó que pudiera acarrear consecuencias ambientales y económicas tan importantes 50 años después.  Pero así es. Lo que seguro tampoco pudieron llegar a intuir fue que esta amenaza pudiera convertirse en un recurso a través del diseño. Y también es así.

Esta gramínea es una de las 25 especies invasoras más nocivas en los ecosistemas protegidos de la Macaronesia (Islas Canarias, Azores, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes). Además, los organismos públicos canarios gastan anualmente más de medio millón de euros en su erradicación en las zonas naturales protegidas. El problema, como pasa siempre  -y que en estos ecosistemas cerrados se agrava debido a su fragilidad delante de factores externos- es que desplaza a otras especies autóctonas, algunas protegidas y en peligro de extinción.
Pero ante los problemas, creatividad. Los investigadores de la Universidad de la Laguna que forman parte del programa PROCEDER han encontrado una manera de revalorizar la fibra de rabo de gato produciendo papel y cartón para packaging. Lo que hasta ahora retiraban las brigadas de las zonas naturales, se quemaba. Ahora se le da valor. De momento, las muestras de papel se realizan de manera artesanal, pero se está trabajando en el diseño de una máquina que normalice la producción de papel. Esta máquina se alimentará de energía renovable, el agua utilizada se reaprovechará, así como los residuos secundarios de la producción, como la lignina. Como apunta el director del proyecto, Alfonso Ruiz, “no sería deseable solucionar un problema ambiental creando uno nuevo”.

La idea de hacer papel a partir de una especie invasora sólo es una de las ramas que empiezan a florecer de todo el programa canario PROCEDER, que pretende impulsar el desarrollo local sostenible a través del ecodiseño y de los recursos (conocidos y, como en el caso del Pennisetum, innovadores) de las islas Canarias. Durante los últimos años se han realizado talleres con comunidades locales, diseñadores e investigadores que han sido dinamizados por Alfonso Ruiz, Carlos Jiménez y compañía. De estos talleres de cocreación surgieron ideas larvarias con un gran potencial para potenciar el desarrollo a nivel insular que, tratadas desde las diferentes líneas de investigación de la Universidad de la Laguna, están empezando, afortunadamente,  a hacerse realidad.