Los termoplásticos (plásticos reciclables) son empleados en un sinfín de aplicaciones ya que, al poder ser inyectados, adquieren casi cualquier forma. Las propiedades de estos plásticos los hacen muy útiles en la industria alimentaria, donde se usan como envases, logrando optimizar su función de protectores, aislantes y conservadores. Gracias a las mejoras en la conservación de los alimentos envasados se logra, por ejemplo, una reducción en los conservantes químicos aplicados [...] Si los requerimientos son de resistencia a la intemperie, al impacto y transparencia, el suplente por excelencia del vidrio es el policarbonato. Al ser tan fácil su moldeado, se puede reducir el número de piezas anteriormente fabricadas en metal, consiguiendo reducir las fases en el proceso productivo y economizando medios [...] Los poliésteres son muy importantes en aplicaciones también bajo temperatura, como en moldes para pastelería o juntas para hornos, donde su naturaleza plástica logra erradicar la corrosión producida por el contacto con el agua, además de facilitar el montaje y desmontaje de diferentes componentes para poder ser limpiados con eficiencia [...]
La experiencia material a lo largo de la historia de la humanidad nos lleva a la conclusión acertada de pensar que lo verdaderamente ecológico no es tanto pensar en reciclar sino en generar menos residuo y consumir menos materia. Por tanto, ya tenemos un punto a favor de los polímeros, que es su gran durabilidad. Por otro lado, al ser los compuestos termoestables (plásticos no reciclables) reforzados de fibras el máximo exponente de la relación ligereza-resistencia, son generalmente utilizados en medios de transporte, logrando un importante ahorro de combustible, al desplazar una menor cantidad de masa [...]
Tanto el reciclaje por refundición de termoplásticos como la reutilización para otro uso por triturado de los termoestables son las opciones factibles y extendidas a día de hoy. Sin embargo, en un futuro no muy lejano se conseguirá el real método del reciclado, que es devolver el material final a su estado primero, es decir, la despolimerización del polímero, de modo que se pueda volver a generar material virgen. Algo parecido a ese ideal es lo que se ha conseguido con los nuevos termoplásticos de origen vegetal (sintetizados a partir de hidrocarburos procedentes de patata, maíz o girasol). Estos plásticos son biodegradables y, de momento se utilizan para productos de usar y tirar, pero gracias a las constantes mejoras en sus propiedades conseguiremos hacer extensible su uso al resto de bienes de consumo, como juguetes, carcasas para electrónica, etc. De esta manera se va erradicando por fin el lastre de material tóxico y antiecológico que siempre ha perseguido a los plásticos, haciéndose viable pensar en un hipotético campo de girasoles abonado con el plástico generado por móviles, botellas y envases en el fin de su ciclo de vida.
Texto extraído de Mater. Nuevos materiales, nueva industria (pp 140-145)
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